El día de ayer hemos vuelto a tener un nuevo episodio del descrédito y el deterioro de la Asamblea Nacional donde se ha normalizado el ejercicio de la arbitrariedad política y las decisiones corruptas. Se llevó a cabo un juicio político sin garantía jurídica. Las acusaciones presentadas por los asambleístas Mireya Pazmiño y Ángel Maita, se basaba en injurias y calumnias, lo que vuelve a poner de manifiesto el bajo nivel de nuestros políticos.
Pero lo que más me ha llamado la atención es la poca reacción de la ciudadanía, ante estos hechos punibles. Lo que paso ayer no fue un simple juicio político hacía el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, sino que se volvió a herir una vez más a nuestra débil democracia. Vivimos en una falsa república, ya que la República se sustenta en el imperio de la Ley.
El problema del Ecuador está en sus ciudadanos, en los comportamientos del pueblo. Ha llegado el momento de hacer un MEA CULPA por el pésimo desempeño de la sociedad en su conjunto.
La corrupción sistemática que se ha implementado en el estado ecuatoriano, no solo ha sido por obra y gracias de los gobiernos de turno sino de toda la sociedad en su conjunto. Basta solo con ver esa alardeada “VIVEZA CRIOLLA" congénita, esa deshonestidad en pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, es lo que nos tiene real y francamente mal.
La mejor manera de combatir la corrupción es que nuestra sociedad recupere los principios éticos y morales que a lo largo de los últimos años han sufrido un deterioro muy notable. De poco servirán leyes y reglamentos, y más en un país como el nuestro, tan poco respetuoso con la legalidad, si no se ataca con decisión un rearme ético y moral a todas luces urgente e imprescindible.
Ing. Manuel Guamán Guerra
Exsubsecretario de Discapacidad